viernes, 8 de julio de 2016

Los primeros hondureños

Hablar de cuándo llegó el primer hombre a lo que hoy es Honduras resulta bastante complejo y polémico por la razón del tema. Además, en nuestro país las investigaciones paleontológicas, arqueológicas, antropológicas e históricas del periodo prehispánico son muy pocas, pero a pesar de ello podemos dar algunas ideas en torno a nuestros primeros habitantes.

El pensamiento de los principales tratadistas en lo referente al origen del hombre y la cultura de América, tales como Alex Hardlika, Florentino Ameghino, Paul Rivet, Richard E. W. Adams, Muriel Porter, Vance Haynes y Jacobo Annius de Viterbo, nos ilustran acerca de los aspectos relacionados con las migraciones por el estrecho de Bering durante la última glaciación y las diversas oleadas asiáticas. La presencia en América del hombre prehistórico se sitúa entre los 20 000 y 25 000 años a.C. Tres teorías de su origen se han establecido: la primera que el hombre proviene de Asia y que llegó a través del estrecho de Bering, tesis soportada en restos arqueológicos que demuestran el movimiento de estos grupos humanos desde Alaska hacia el sur, conocida hoy día como la Teoría del Poblamiento Temprano. La otra teoría conocida como la Teoría del Poblamiento Tardío afirma que el hombre es originario de Polinesia y Melanesia, y que arribó a las costas de Chile; aunque hay evidencia arqueológica de su llegada, no la hay de un desplazamiento hacia el norte o en cualquier dirección del continente sur.

Apoyándonos en la lingüística como ciencia auxiliar de la historia, que permite establecer la procedencia migratoria de los diferentes grupos humanos, se ha podido identificar algunos indicios en nombres de lugares, plantas, animales y ríos, que los primeros pobladores del centro y occidente de Honduras vinieron del norte y que llegaron al país hace aproximadamente 4,000 años.

Se puede observar gran cantidad de nombres de plantas y animales, así como de topónimos provenientes de la lengua mexicana y otros más de la lengua lenca. Por ejemplo son de origen mexica topónimos como: Ocotepeque, Colohete, Mejocote, Comayagua, Tegucigalpa y Siguatepeque. Plantas y frutos como: aguacate, zapote, ayote, guapinol, guama, también de origen azteca; al igual que los nombres de ciertos animales como: pizote, jolote y zanate. Hay muchos topónimos del centro, occidente y sur de Honduras de procedencia lenca (grupo del macrochibcha, pero con muchos siglos de contacto con las culturas mesoamericanas), tal es el caso de: Lepaterique, Lauterique, Guacerique y Erandique, entre otros tantos.

Otros estudiosos han propuesto que los primeros habitantes del sur y oriente de Honduras provienen de grupos chibchas del sur del continente americano, al igual que las migraciones del norte, y que llegaron hace unos 4,000 años. Algunos topónimos del sur y oriente de Honduras refl ejan la presencia de grupos de origen chibcha, en especial matagalpa y chorotega, con la presencia de la palabra li, agua, como Danlí, Oropolí, Apalí, Morocelí y Combalí.

Lo cierto es que las primeras oleadas traían muy poco desarrollo cultural, atravesaron Honduras hacia el sur y algunos de estos grupos se reestablecieron en el oriente de la nación. Posteriormente, grupos con influencia olmeca se establecieron en el occidente y centro en diferentes periodos históricos. De allí que encontremos dos niveles diferentes de desarrollo, entre unos grupos y otros, algunos son quizás más ancestrales que otros. 

Los estudios lingüísticos, antropológicos y arqueológicos han concluido que los primeros pobladores fueron los chorties, los chorotegas, los pipiles y los tolupanes procedentes del norte; y los lencas, tawalkas, pech y misumalpas provenientes del sur. Todos ellos estuvieron organizados en tribus y cacicazgos, a excepción de los mayas, que según las investigaciones llegaron al territorio en el año 100 a.C. y nuevamente regresaron a su lugar de origen a mediados del siglo VIII d.C. Hasta el momento, los restos humanos más antiguos encontrados en nuestro país son de La Estanzuela, en el municipio de Marcala, departamento de La Paz, fechados aproximadamente hace 12,000 años.

Culturalmente sí podemos definir que, por la posición geográfica de nuestro territorio, tenemos influencia de dos áreas culturales: Mesoamérica y el área intermedia o circuncaribe. Cada una de ellas presenta rasgos culturales diferentes, desde su base alimenticia hasta sus patrones de asentamiento y organización sociopolítica; sociedades estratificadas y cacicazgos en Mesoamérica y sociedades tribales en el área intermedia, la primera con una base alimenticia de maíz y la segunda de yuca.

Al momento de la llegada de los españoles, estos grupos estaban divididos en unidades geopolíticas que podríamos llamar señoríos, gobernados por caciques. Según los documentos coloniales, los principales grupos y asentamientos en Honduras estaban distribuidos así: Naco y Cocumba en el noroeste; Cerquín y Care en el suroeste; Sulaco y Manianí en la depresión central y las tierras altas; Olancho en el centro y oriente; Papayeca-Chapagua y Peicacura en el noreste y Choluteca-Malalaca en el sur. 


En síntesis, las teorías dominantes hoy en día son las que establecen el origen no autóctono de las culturas mesoamericanas. Puede establecerse comparativamente los diferentes avances de las principales civilizaciones americanas con las otras civilizaciones del mundo para determinar los niveles de desarrollo de cada una, así como sus propias grandezas y debilidades.

Fuente: http://www.historiadehonduras.hn