Introducción


LOS GRUPOS PREHISPÁNICOS
LOS CACICAZGOS
Los Lencas

Aunque los Lencas habitaban la mayor parte del territorio hondureño en el momento de la conquista, hay pocas referencias históricas a este grupo o a su lengua. La referencia más temprana a los Lencas aparece en el reporte de una encomienda de los pueblos de Yngrigula, Renytala y Alupare en 1543, que indica que estos dos últimos eran Lencas([1]). Desafortunadamente se desconoce la ubicación de estos pueblos.. Stone sugiere que los Lencas incluían grupos indígenas conocidos como "potón, Guaquí, Cares, Chatos, Dules, Paracas, Yaras, posiblemente los Colo y naturalmente los Guajiquiros si es que no están ya incluidos bajo el término Guaquí"([2]).



En 1576, el Lic. Palacios registró que el potón se hablaba en San Miguel (Chiquimula) y Nicaragua, pero no lo incluyó entre las lenguas habladas en Honduras, que eran "la ulba, chontal y pipil"([3]). Sin embargo, Herrera, siguiendo una carta escrita por Jerónimo de San Martín en 1537, registró que "Potones" vivían cerca de Cerquín, en las inmediaciones de Gracias a Dios y, en 1586, Fray Alonso Ponce observó que "Potones" habitaban la isla de Teca y Meangola en la Bahía de Fonseca, así como en tierra firme de El Salvador ([4]). Al afirmar que el Potón es una lengua lenca, Stone indica que Fray Alonso Ponce distinguió el Potón de cuatro dialectos, mayas conocidos. Fray Alonso Ponce observó que "Potones" habitaban algunas islas de la Bahía de Fonseca, las cuales a finales del siglo XVII estaban bajo la jurisdicción del convento de Amapala, donde se decía que los indígenas hablaban "la lengua mexicana en general y la lenca en algunos"(5). Otros autores creen que el potón era un dialecto maya; Sapper, por ejemplo, sugiere que los Mayas Choles llamaban "Putum" a su lengua (6) . En un testimonio presentado por los Mercedarios en 1668, como apoyo a su aseveración de que instruían a los indígenas en sus lenguas nativas, se afirma que la lengua hablada en el partido de Aguanqueterique era la lenca, y que esta era distinta a la que se hablaba en Gracias a Dios y Tencoa, la cual la mayoría de los testigos identificaron como "Puttum"(7). Parece que el término "Puttum" se refiere a los Putum (Mayas Chontales) quienes, se cree habitaron el área alrededor del valle de Chamelecón(8). Sin embargo, los Potones que se encontraban en el Sur de Honduras eran probablemente Lencas y no Mayas. Esto se sustenta en el hecho de que el Lic. Palacios registró que el "Potón" se hablaba en Nicaragua la cual, definitivamente, no estaba habitada por grupos mayas.



Probablemente haya menos controversia en la identificación de los Cares, Guaquí y Colo como grupos Lencas, aunque esta se fundamenta principalmente en la evidencia histórica de su presencia en zonas que se cree estuvieron habitadas por los Lencas. En 1539, el Obispo Pedraza notó que "las provincias de los cares y guaquí" estaban dentro de la jurisdicción de Gracias a Dios(9), y Herrera registró que se encontraban próximas a Cerquín, cerca de Gracias a Dios(10) . Dado que el Cacique Lempira se alió a los Cares para combatir a los españoles y, como según Herrera, (quien sigue a López de Velasco), de los indígenas de la zona, "los que no tenían paz eran los diferentes en la lengua," Stone afirma que los Cares deben haber sido un grupo Lenca(11). Sin embargo, la misma fuente aclara igualmente que Lempira logró la cooperación únicamente mediante el uso de la fuerza; de hecho, sus fuerzas tuvieron que conquistar a"los cares sus enemigos"(12).

De ser correcta la afirmación de Herrera, de que quiénes jamás estaban en paz eran los de distinta lengua, está claro que Cares y Potones no pueden ser considerados como grupos lencas, pues poco antes de la conquista libraron entre sí una cruenta guerra. La evidencia de una filiación lenca es algo más fuerte en el caso de los Cares; sin embargo, los Cares fueron claramente diferenciados de los lencas a lo largo del período colonial.



En 1591 los Mercedarios tenían a su cargo cuatro parroquias indígenas: Tencoa, de los Cares, de Cururú, y de los Lencas(13). Las fuentes del siglo XVII indican que el centro de los partidos de los Cares y Lencas eran Intibucá y Aguanqueterique, respectivamente, siendo el Lenca hablado también en Locterique, Curarén, Alubarén y Reitoca(14). Aunque las lenguas de los Cares y Lencas podían ser distinguidas, la cultura y distribución de los Cares sugieren que, probablemente, eran un grupo Lenca.



La provincia de "Guaquí" también estaba ubicada cerca de Gracias a Dios (15), y es probable que incluyera los pueblos de Guajiquiro, Marcala, Chinacla, Yarula, Cacaoterique y Opatoro, donde los indígenas actuales hablan una lengua clasificada como Lenca(16) Fray Alonso Ponce observó que en Comayagua y Agalteca se hablaba el Colo, que probablemente también era una lengua Lenca (17). En 1553, los Mercedarios recibieron cargo del "partido de los Lencas" (sic), que incluía a los pueblos de "Xeto, Comayagua, Lejamaní, Tencoxquín, Curucú y Orica"(18)

.

La inclusión de los Chatos, Dules (Sules), Yaras y Paracas como grupos lencas, está basada en evidencia aún más problemática. En el siglo XVII, los Chatos, Dules y Yaras habitaban las zonas aledañas a Olancho el Viejo y las vertientes del Río Tinto(33). Parece ser que los Chatos y Dules eran Lencas, quizá Matagalpas, pero los Yaras eran seguramente un grupo hicaquel(19). La evidencia histórica que presenta Stone para la inclusión de los Paracas como grupo Lenca es que, en una expedición misionera al valle de Olancho, los frailes Ovalle y Espino encontraron "una familia de indios paracas de nación lenca"(20) . Está claro que los Paracas estaban menos extendidos en Honduras que en las zonas norte y central de Nicaragura, donde las misiones Franciscanas se dedicaron a su conversión a fines del siglo XVII. Lehmann cree que eran Matagalpas, una posición generalmente apoyada por la evidencia histórica de su ubicación en el siglo XVII(21).



Stone no incluye a los Popolucas como grupo Lenca, aunque Brinton sugiere que deberían ser considerados como tales(22). Popoluca es un término nahuátl que designa a un extranjero o a alguien que habla una lengua diferente, y el término pudo haber sido utilizado por los mexicanos para señalar un grupo lingüístico-cultural distinto(23). En 1683 el "Pupuluca" se hablaba en los siguientes pueblos: Tambla, Cururú, Opatoro, Cacaoterique, Guajiquiro, Similatón, Tatumbla, Jurla, Quelala, Reitoca, Chinacla y Marcala, muchos de los cuales ya han sido identificados como comunidades Lencas



La distribución de los Lencas puede ser juzgada por, evidencia toponímica. Lehmann ha asociado a los Lencas con los siguientes sufijos toponímicos: -tique, -quín, -aiquín, -guala y -guara(24). Sin embargo, la distribución de esos topónimos es más indicativa de su máxima extensión, no de su ubicación en el momento de la conquista.



La evidencia arqueológica es también inconclusa. Stone ha identificado una serie de restos arqueológicos que muestran una cultura indígena menos sofisticada que la asociada con el complejo polícromo Ulúa-Yojoa, encontrado más al norte, en el valle del Ulúa. Estos restos han sido llamados el 'Complejo Centroamericano' y se han encontrado en "las montañas interiores, el área circundante a la Depresión de Comayagua, la región de Tegucigalpa, las partes más altas del Valle de Choluteca, y la sierra y las cordilleras del área suroccidental"(25). Además, Strong Kidder y Paul han atribuido a los lencas el elemento [Animista Audaz] del Yojoa-Polícromo, que se

encuentra al norte de esta área(26)

.

Dada la naturaleza fragmentaria e incierta de la evidencia de la distribución de los Lencas, muchas de las fronteras mostradas en el mapa fueron definidas en base a las fronteras de otros grupos lingüístico-culturales. Hacia el oeste, los Lencas colindaban con los Mayas y hacia el norte con los Jicaques. Hacia el este, en el valle de Olancho, colindaban con los Payas(27), mientras que al sur y al este tenían a los Sumus y Matagalpas como vecinos. Es difícil definir precisamente las fronteras de estos últimos grupos. Se sabe que los Lencas habitaron el valle de Olancho, junto a los Taguacas(28), quienes eran una rama de los Sumus, el grupo lingüístico-cultural más extenso de Nicaragua. Basándose en la evidencia toponímica y en la suposición de que los Paracas puedan ser identificados como grupo Lenca, Stone extiende el área habitada por los Lencas hasta el norte de Nicaragua(29). Hay algunos indicios que apoyan esta afirmación en una relación de Fray Pedro de la Concepción, quien señaló en 1699 que en el área ubicada entre el valle de Olancho y el Río Segovia "las lenguas son tres. Lenca, esta la saben pocos de los del río del Guaiape y es la común en el río de la Segovia y el de Tuma, la segunda es de los parrastas que la llaman Sampiz, la tercera de los Guaianes que se llama Guaiatuni"(30). Sin embargo, son más frecuentes las referencias a que los Taguacas habitaban esta zona(31). Es probable que cierto número de grupos indígenas habitaron esta región oriental y sudoriental.



En el sur del país también se hablaba una variedad de lenguas. Se ha demostrado que los Chorotegas estaban en Choluteca, y que los Lencas también se encontraban allí por lo menos en el siglo XVII. En 1689, los indígenas de Nacaome eran considerados Lencas, y los de Goascorán y los pueblos cercanos, "Pororos, Amamoros, Zapigre, Aramesina, Langue, y Pipiri' fueron descritos como "indios mexicanos y lencas aunque hablan corrientemente castellano", mientras que un año después, los conventos de Nacaome y Tegucigalpa tenían frailes que podían hablar las lenguas "mexicana y lenca"(32).



Los Mayas

Desde aproximadamente 300 A.C., la influencia cultural de los Mayas se extendió hasta el occidente hondureño, probablemente alcanzando su máxima extensión alrededor del 900 D.C. Es difícil determinar el origen de los Mayas como se manifiestan en Copán aunque, algunos de sus rasgos indican una proximidad con la sierra. La apariencia general de los complejos de estelas que se encuentran allí es de Mayas de tierras bajas, y parece que se originan en la región de Petén-Belize, pasando por la parte superior de los valles del Motagua y de Copán(33) . Basándose en evidencias arqueológicas, Lothrop ubica la máxima extensión de los Mayas a lo largo de una línea que sigue el Río Ulúa y baja al sur hasta el Lago de Yojoa, antes de doblar al sudoeste hacia Gracias a Dios y el Río Lempa(34). Longyear ubica la frontera oriental de los Mayas en la costa norte de Honduras, en Santo Tomás de Castilla, y dice que la frontera no debería ser ubicada más al oriente de Los Higos, sobre el Río Chamelecón, ya que este punto representa la máxima extensión del culto de estelas que se da valle abajo. Más al sur, ubica la frontera sobre el Río Jicatuyo y la frontera actual del Departamento de Copán(35). Sostiene que, aunque mucho del área de Ulúa-Yojoa estuvo bajo la influencia Maya, la cerámica polícroma que se encuentra allí conforma otro complejo, y que otros rasgos de los cultos "jerárquicos" o ceremoniales Mayas no se dan en la región.



Durante la decadencia de la civilización Maya, desde 900 D.C., algunos de los centros ceremoniales que los Mayas tenían en Guatemala y el occidente de Honduras fueron abandonados y las fronteras de la zona Maya se reubicaron más hacia el occidente. Durante la conquista, los Mayas probablemente ocupaban sólo los departamentos de Copán y Ocotepeque(36), aunque la frontera debería ser modificada si los Potones se clasificaran como Mayas. Hacia el norte, los Mayas probablemente no se extendieron más al oriente que el valle del Ulúa. La evidencia arqueológica indica que, mientras la influencia Maya fue considerable durante el período Clásico Tardío (600 D.C. a 900 D.C.), durante el Postclásico (900 D.C. a 1500 D.C.) fue sustituida por influencias del sur, probablemente con filiaciones Chibcha o por lo menos centroamericanas. Si embargo, existe evidencia arqueológica de vínculos comerciales entre las islas de Utila y sitios mayas en Belize, en la forma de cerámica Plomiza (Plumbate) y Loza Roja(37). Utilizando evidencia histórica, Thompson ubica la frontera lingüística Maya en la desembocadura del Chamelecón. Esto encuentra apoyo en una relación de 1533, citada en Scholes y Roys, que dice que "desde el Ulúa hasta el río Copilco-Zacualco, en el occidente de Tabasco, hablaban una misma lengua, comerciaban entre sí, y se consideraban un mismo grupo; cruzando el Ulúa, ya se hablaba otra lengua"(37). Aunque estas fuentes definen claramente la frontera entre el Maya y otras lenguas en el Ulúa o el cercano Chamelecón, se ha sugerido que, en el momento de la conquista, los Mayas se extendían hasta Trujillo. El relato de Peter Martyr, siguiendo la descripción que hizo Hernando Colón del cuarto viaje de Cristóbal Colón, registra que la costa norte de Honduras estaba dividida entre los "Maia" y los "Taia"; y otra evidencia documental sugiere que dos culturas distintas se dividían en Punta Caxinas(38). Mientras que los Mayas habitaban en las proximidades de Punta Caxinas, otra documentación sugiere que habían formado colonias comerciales allí, probablemente basadas en la producción de cacao en el valle de Aguán, y que posiblemente no habitaban toda la costa norte hacia el occidente. Lothrop cita la relación de Hernando de Colón para sustentar su opinión de que había comerciantes mayas en Guanaja y en la tierra firme aledaña a la isla(39). Hernando Colón relata cómo su hermano Bartolomé encontró algunos comerciantes en Guanaja, quienes dijeron ir camino a Nueva España, la cual Bartolomé identificó luego como "Maiam;" probablemente Yucatán(40). Los comerciantes no pueden haber sido payas, pues un cacique indígena que luego les acompañó como guía en tierra firme al oeste del Cabo de Gracias a Dios, no pudo hablar con los Payas que encontraron(41). Es también poco probable que hayan sido Jicaques, ya que no hay indicios de que este grupo se ocupara del comercio marítimo en ese momento(42). Por lo tanto, parece probable que comerciantes Mayas estuvieran presentes en Islas de la Bahía y en la tierra firme próxima a Punta Caxinas. Sin embargo, estaban en las Islas de la Bahía en compañía de los Payas; y, en la costa norte, de Punta Caxinas al Río Ulúa, los Jicaques eran el grupo dominante.



No está claro qué dialectos mayas se hablaban en el occidente de Honduras. En 1535, los indígenas que habitaban los cerros ubicados alrededor de Naco eran llamados Chontales y, en 1576, el Lic. Palacios identificó el "Chontal" como una de las tres lenguas que se hablaban en Honduras, más específicamente entre Chiquimula y Gracias a Dios(43). Brinton y Thompson sugieren que estos indígenas eran Mayas Chortí, y los análisis lingüísticos indican que el Chortí se hablaba en la zona alrededor de Copán, y que era una rama del Chol(44). Thompson, siguiendo las observaciones contemporáneas de Ximénez, también identifica el Toquegua como Maya Chol, aunque el mismo Ximénez no distingue entre el Chol y el Chortí(45). Roys sugiere que su nombre pudo derivarse de la palabra Náhuatl "toquaeuayo," que significa cuero cabelludo, ya que muchos pueblos Mayas se afeitaban la cabeza(46). En los siglos XVII y XVIII, estos indígenas vivían a lo largo de la costa norte de Honduras, particularmente entre Puerto Caballos y Santo Tomás de Castilla(47). Parecería que el Chol, el Chontal y el Chortí son variantes próximas de una misma lengua, lo cual actualmente es imposible de distinguir en la documentación, aunque está claro que eran Mayas de tierra baja(48)


Los Chorotegas

Los Chorotegas probablemente representan la primera migración definitivamente identificable desde el norte a Centroamérica(49). Basándose en la información recabada de informantes indígenas ancianos, Torquemada relata que los Chorotegas emigraron hacia el sur desde Soconusco (Chiapas) a causa de la opresión de que eran objeto por parte de los Olmecas(50). Cuando estos grupos llegaron a Choluteca, un anciano profetizó que los Chorotegas se asentarían en la costa del Pacífico y establecerían un buen puerto cerca de la isla de Chira, en el Golfo de Nicoya. Siguiendo la profecía, los Chorotegas continuaron hacia el sur y se establecieron en el occidente de Nicaragua y en Nicoya(51). Torquemada afirma que los Nicaraos salieron de Soconusco al mismo tiempo, aunque luego se refiere a los Chorotegas como los "que iban en la delantera". La llegada posterior de los Nicaraos a Centroamérica es confirmada por evidencia histórica y arqueológica, aunque no, se sabe en qué fecha ocurrió. Se ha calculado que los Nicaraos llegaron a Centroamérica aproximadamente en 1200 D.C. y que los Chorotegas llegaron probablemente en los siglos IX y X(52). Sin embargo, es posible que, como cree Lothrop, llegarán mucho antes. El sugiere que los Chorotegas ya habitaban en Honduras cuando llegaron los Mayas, causando su migración hacia el sur(53)

.

Los Chorotegas pertenecen al tronco lingüístico Oto-Mangue y la lengua que hablaban en Honduras era llamada Choluteca o Mangue(54). En el siglo XVI, los Chorotegas habitaban alrededor del Golfo de Fonseca, donde colindaban con el Ulúa y el Lenca. A menudo el área era llamada Chorotega Malalaca o Chorotega Malaca(55). En 1586, Fray Alonso Ponce registró que el Mangue se hablaba en Nicomongoya y Nicarahego, en Choluteca, y que posiblemente haya sido hablado más hacia el occidente, en El Salvador(56). No está claro si los Chorotegas que vivían allí eran representantes de la primera migración de los Chorotegas hacia el sur, a Nicaragua, o si habían llegado recientemente, como resultado de su desplazamiento hacia el norte desde los llanos costeros del Pacífico de Nicaragua, por los Nicaraos.


Los Pipiles y Náhuatl

Centroamérica fue influida en varias ocasiones por la migración de pueblos Nahuahablantes. Parece que hubo dos migraciones que afectaron a Honduras: la primera, de gente hablantes de Nahua conocidos como pipiles, y una posterior de comerciantes aztecas que hablaban un dialecto más reciente conocido como Náhuatl. Los Pipiles probablemente llegaron durante los siglos IX y X, aproximadamente al mismo tiempo que los Chorotegas, mientras que los comerciantes aztecas .oeomenzaron a establecer colonias en la región entre los siglos XIV y XVI. Stone cree que hubo una migración anterior de gentes hablantes de Náhuat entre el 300 y el 600 D.C. Algunos investigadores sostienen que esta migración no se extendió hasta Honduras, pero Stone arguye que la presencia de artefactos en Travesía y Playa de los Muertos, en los llanos de Sula, indica más que una simple influencia del centro de México y que puede atribuirse a la presencia de Náhuat-Pipiles en el área, o si no a una difusión desde Copán, que muestra evidencias de cultura Náhuat en este momento.



Aunque estas migraciones fueron distintas, la documentación es confusa respecto a las lenguas que estos grupos hablaban. Muchos documentos describen las lenguas simplemente como 'mexicana' o 'pipil', lo que podría referirse a cualquiera de estos dos grupos. Sin embargo, a veces se utilizaban los términos 'mexicana corrupta' y'pipil corrupta'. Evidentemente, estos términos se refieren a dialectos del Náhuat que no eran bien vistos por hablantes posteriores de esta lengua. Por ejemplo, Vásquez se refiere a la "mexicana corrupta o pipil", comparándola con un lenguaje infantil o el habla de personas de poca inteligencia(57). Otro problema que se da al relacionar lenguas con grupos indígenas específicos es que, aún cuando los documentos se refieren a indígenas hablando Náhuatl, no necesariamente quieren decir que esa era su lengua materna. El Náhuatl fue utilizado como lingua franca a inicios de la colonia, y en muchos casos fue introducida por los españoles(58)'. Por las mismas razones, los topónimos tampoco son una evidencia fidedigna. Mientras que algunos poblados con nombres mexicanos pueden haber estado habitados por mexicanos en épocas precolombinas, a otros les fueron dados esos nombres durante los inicios de la colonia. Desafortunadamente, hay poca evidencia arqueológica de la presencia de culturas mexicanas en Centroamérica que pueda esclarecer la imagen esbozada por la documentación. Lothrop sugiere que los mexicanos tendían a adoptar la cultura de los grupos indígenas que encontraban durante sus migraciones, y que los matrimonios intergrupales podrían explicar la relativa escasez de evidencia material de cultura mexicana(59)

.

Los Pipiles

En el momento de la conquista, los Pipiles probablemente habitaban el área al sur y al este del Golfo de Fonseca. En 1586, Fray Alonso Ponce registró que "indios navales" vivían antiguamente en Ciu_atepetl, pero se habían trasladado recientemente a El Viejo, y que hablaban "la lengua" "mexicana corrupta", la cual llamaban "naual", y a sus hablantes, "nahuatlatos(60). Aunque el nombre de la lengua sugiere que éstos eran descendientes de los primeros inmigrantes Pipiles, la descripción que hace Oviedo del pueblo de El Viejo y de la cultura de los indígenas que vivían allí, sugiere que probablemente provenían de una migración posterior de Nicaraos que no establecieron asentamientos permanentes en Honduras(61). En el siglo XVII, los indígenas que vivían cerca de Goascorán fueron descritos como "indios lencas y mexicanos," mientras que los que estaban bajo la jurisdicción del convento de Amapala, en el Golfo de Fonseca, fueron registrados como hablantes "la lengua mexicana, como general, y, la lenca en algunos". Es posible que estos indígenas fueran descendientes de migrantes pipiles tempranos; sin embargo, la lengua mexicana pudo haber sido introducida en la época colonial. Jornson ha sugerido que posibles descendientes de inmigrantes Pipiles tempranos puedan encontrarse en el área de Ocotepeque(62).



Otros descendientes de inmigrantes Pipiles tempranos vivían probablemente cerca de Trujillo, en Papayeca y Chapagua. Estos pueblos tenían, dieciocho y diez caseríos respectivamente, bajo su jurisdicción, y sus habitantes hablaron a Cortés y a sus representantes en Culua, que fue descrito como casi idéntico al mexicano, pero con una pronunciación y un vocabulario ligeramente distinto(63). Además, posteriormente en el siglo XVI, el Obispo de Honduras envió algunos "indios naguatatos" con algunos otros caciques de la zona de Trujillo a persuadir a los indígenas que se habían refugiado en los cerros vecinos de que retornaran a sus pueblos(64). Este relato sugiere que la lengua hablada por algunos indígenas de esta zona era el Náhuat.

En el momento de la conquista había una colonia mexicana en Naco. pero no está claro si sus habitantes eran pipiles o comerciantes 3rtecas. En ese momento se reportó que Naco había sido colonizado por gentes que vinieron "de la mar del sur", lo que sugiere que eran pipiles venidos de El Salvador o Soconusco(65),. En 1535, los indígenas que vivían en el valle de Naco fueron descritos como "cholutecas", quienes se decía habían subyugado a los Chontales que habitaban los cerros(66). Aunque parece poco probable que los "cholutecas" fueran una rama de los Chorotegas, la evidencia sugiere que la zona estaba habitada por inmigrantes mexicanos previos. La presencia de un grupo elite en Naco ha sido verificada arqueológicamente, y Henderson sugiere que los elementos del Polícromo Cortés que se encuentra en el Período Postclásico Tardío pueden indicar la presencia de un grupo Pipil, aunque sugiere que el poblado era esencialmente Maya. Sin embargo, Strong consideraba tardía esta influencia mexicana, y la atribuyó a los Náhuatl(67). Chapman ha dicho que Naco fue uno de los puertos de comercio' que los Aztecas establecieron en Centroamérica(68). Definitivamente, el poblado estaba ubicado en una zona de importancia comercial pues, en 1535, el Valle de Naco fue descrito como "muy poblado y de mucho trato por el mucho cacao que se coge". Parece ser que Naco estaba ubicado sobre una importante ruta comercial entre Tabasco y Nicaragua, cuyo trayecto de Nito a Naco fue descrito por Díaz del Castillo(69)



Los Náhuatl

Además de Naco, hay alguna evidencia que indica que comerciantes Aztecas establecieron colonias en Honduras, en Comayagua, Agalteca, Olancho y Tegucigalpa. Sin embargo, esta evidencia es incierta. Fray Alonso Ponce registra que indígenas en los poblados cerca de Comayagua hablaban "colo y otros mexicana o pipil", mientras que en fecha posterior, Vásquez apunta que cinco poblados bajo el cuidado del convento de San Antonio en Comayagua eran administrados en "naguatle(70). Al parecer, el nombre de Comayagua deriva del Azteca Comahualcán, o' lugar de los comales', utensilios sobre los que se cocinan las tortillas(). Sin embargo, en todos estos lugares la influencia mexicana pudo haber sido introducida durante el período colonial y, desafortunadamente, no existe evidencia arqueológica que aclare el panorama. Cerámica parecida a la de Naco, que Strong ha asociado con los Aztecas, ha sido encontrada en Agalteca, aproximadamente a treinta millas (48.3 kms.) al este de Comayagua(71). Para Stone, el hecho de que Agalteca fuera uno de los pueblos principales del norte de Honduras durante los inicios de la colonia, y que estuviera ubicada entre Naco y el valle de Olancho, donde se ha dicho que habían otras colonias mexicanas, podrá corroborar la presencia de colonias mexicanas en este lugar. Sin embargo, en 1586, Fray Alonso Ponce observó que los indígenas de Agalteca hablaban Colo, la cual probablemente era una lengua Lenca(72). La documentación histórica del siglo XVII indica que había mexicanos viviendo en el valle de Olancho. Vásquez relata que, en una expedición misionera al valle de Olancho, los frailes Verdelete y Monteagudo encontraron lencas y mexicanos conviviendo, y que los mexicanos hacían la guerra a los Taguacas(73). Finalmente, pudo existir otra colonia azteca en Tegucigalpa. Vásquez de Espinosa relata cómo Moctezuma solía enviar una delegación a la provincia"(74). Aunque la provincia de Teguzgalpa comprendía una gran área que abarcaba mucho del oriente de Honduras y Nicaragua, se han encontrado objetos aztecas únicamente en Tegucigalpa(75).


LOS GRUPOS TRIBALES

Las áreas orientales de Honduras y Nicaragua, donde indígenas no conversos permanecieron fuera del control español, eran conocidos como Taguzgalpa y Tologalpa. Generalmente, el Río Tinto o Río Segovia era reconocido como la frontera entre ambas zonas, aunque ocasionalmente toda el área hacia el sur, hasta el Río San Juan, era llamada Taguzgalpa(76). Parece ser que seis grupos indígenas principales habitaban el área. Cuatro de ellos se encontraban en Honduras: Jicaques, Payas, Lencas y Sumus. Sin embargo, en la documentación histórica aparecen numerosos nombres de grupos indígenas que habitaban la zona, de los cuales no todos pueden asignarse con certeza a alguno de estos grupos principales. Por ejemplo, en 1681, los frailes Ovalle y Guevara reportaron que las naciones que habitaban la Taguzgalpa eran "Xicaques, Paias, Taos, Aras, Guaulas, Taupanes, Lencas y Taguacas"(77). La situación se vuelve aún más confusa porque muchos de estos y otros grupos eran llamados a menudo por nombres genéricos como 'Xicaques' o 'Caribes', lo que dificulta establecer de qué grupo específico se habla.

La confusión es aún mayor en el área entre el valle de Olancho y las fuentes del Río Segovia, hacia el sur, la cual estaba habitada por una diversidad de grupos indígenas cuya ubicación no permanecía constante de período a período. Con estas dificultades en mente se intentará identificar las áreas habitadas por los grupos indígenas principales en el momento de la conquista española, aunque gran parte de la evidencia será tomada necesariamente de la documentación de los siglos XVII y XVIII.



Los Jicaques                                                                                            .

Durante el siglo XVI, el término Jicaque (a veces escrito Xicaque o Hicaque) parece haber sido utilizado por los mexicanos para designar a los habitantes originales no-mexicanos de Honduras(78); luego fue aplicado más ampliamente a cualquier grupo no-converso u hostil de la zona hacia el sur, hasta Nicaragua y Costa Rica(79). Así, en 1681, los Franciscanos se ocupaban en convertir a los "indios infieles jicaques de las naciones payas, yaras y letas" del norte de Honduras, mientras que Vásquez relata cómo los "lencas y taguacas que son todos xicaques" mataron a dos misioneros en el valle de Olancho a principios del siglo XVI(80). A pesar de la confusión en el uso de los términos Xicaque y Jicaque, Greenberg y Swadesh han identificado el Jicaque como una lengua distinta perteneciente al tronco lingüístico Hokan-Sioux(81) . Ahora la mayoría de los investigadores utilizan el término Jicaque para referirse al grupo lingüístico-cultural, y Xicaque como referencia genérica(82)

Los Jicaques, junto a los Payas, han sido asociados arqueológicamente al estilo cerámico conocido como Aplicado Costa Norte encontrado, con algunas variantes, desde las montañas de Yoro hasta el Río Patucal(83). Este estilo tiene rasgos de tipo 'sudamericano' de carácter Chibcha. Stone ha encontrado cerámica de tipo similar en el sitio histórico Paya de San Esteban de Tonjagua y en los sitios históricos Jicaques de Cangelica y Subirana, aunque allí la cerámica parece que degeneró de una forma prehistórica previa encontrada en las Islas de la Bahía y a lo largo de la zona Paya(84). Hasta el momento no existe material arqueológico que pueda ser identificado definitivamente con los Jicaques en la época precolombina(85).

La referencia histórica más temprana a los Jicaques se encuentra en una carta de un vecino de Trujillo en 1579, que relata sus ataques a indios y españoles a lo largo de la costa, y dice que han despoblado varios asentamientos indígenas, incluyendo los de Montexucar, Guacura y Moaca(86). A lo largo del período colonial, el término Jicaque fue aplicado a grupos identificados posteriormente como Paya, Lenca, Sumu y Matagalpa. En el siglo XVIII fue aplicado de manera más constante a grupos que habitaban la zona ubicada entre el Río Ulúa y Trujillo y, tierra adentro hacia el sur, hasta el Río .Sulaco(87). En 1798, el Gobernador Anguiano registró que habitaban un área con dimensiones de 32 leguas norte-sur desde la costa, y 20 leguas este-oeste entre los ríos Ulúa y Cueros



En el momento de la conquista, la frontera occidental de los Jicaques era el valle del Ulúa, aunque Chapman sostiene que durante el siglo XVIII se extendían más al oeste(88). Ella argumenta que Fray Fernández fundó las comunidades Jicaques de San Josef de Guaima y Nuestra Señora de la Candelaria en el valle del Ulúa. Los documentos a que se refiere no hacen mención específica del valle del Ulúa, y parece más probable que el poblado de San Josef estuviera ubicado en el valle de Guaimas, posiblemente donde se encuentra el actual pueblo de San José, donde vivían Jicaques a finales del siglo XVIII (89) La información referente a Nuestra Señora de la Candelaria es más obscura. Hay varios poblados con el nombre de Candelaria a ambos lados del valle del Ulúa, y no es seguro que el poblado fundado por Fray Fernández sea el mismo al que ella se refiere(70) Un relato de 1744 del Ingeniero Navarro puede ayudar a aclarar el asunto. Relata que



"los pueblos más inmediatos a la costa son: en el partido de San Pedro Sula, la Candelaria Vieja es pueblo corto de indios está distante de los puertos de Omoa y Caballos doce leguas de razonable camino estos indios son indefensos; en el partido de Lloro [Yorol está el pueblo de Candelaria Nueva inmediato al río de Lean que es muy corto y de indios Jicaques reducidos de pocos años a esta parte"(71)



El poblado ubicado al oeste del Río Ulúa era probablemente el de Nuestra Señora de la Candelaria Masca, que ya existía en el siglo XVI, si no antes, y que fue descrito por Cockburn en 1735(71). No hay evidencia arqueológica de una presencia de los Jicaques al occidente del valle del Ulúa(72).



Aunque parece improbable que los Jicaques vivieran al oeste del Ulúa antes del final del siglo XVII, para el siglo XIX ya se habían establecido allí. En 1813, el Guardián de los Recoletos de Guatemala reportó que los Jicaques habitaban tierra adentro las montañas de la costa norte entre Omoa y Trujillo y que, aunque aparecían como "una nación", sus dialectos eran diferentes(73). A mediados del siglo XIX, cerca de 1,000 Jicaques vivían en el Departamento de Santa Bárbara, 400 de los cuales se encontraban en el Río Choloma. Posteriormente, en el mismo siglo, Membreño registró vocabulario Jicaque en la aldea de El Palmar, cerca de San Pedro(74). Los estudios lingüístícos indican que los dialectos jicaques que se hablan al oeste y al este del valle del Ulúa son distintos (75) .

Existe alguna duda respecto a si los Jicaques se extendían hasta la costa norte en la época de la conquista. Se ha demostrado que los Mayas habitaban partes de la costa norte hasta Punta Caxinas. Stone sugiere que pudieron haber hecho retroceder a los Jicaques desde la costa, o que quizá convivieron con ellos en el área(76). En 1774, el Ingeniero Navarro reportó que los Jicaques comerciaban con los ingleses a lo largo de la costa, en los puertos de Caballos, Sal, Río Lean y Trujillo. En 1798 se afirmó que los Jicaques habían habitado anteriormente en la costa, pero que se retiraron debido a las redadas hostiles de los Zambos-Mosquitos y de los ingleses"'. Parece más probable que comerciantes Mayas, Pipiles o Náhuatl estuvieron ubicados en los alrededores de Trujillo y en las Islas de la Bahía, mientras que los Jicaques se encontraban a lo largo de la costa hacia el occidente, y los Payas de allí hacia el oriente(77).

.

La frontera sudoriental de los Jicaques es difícil de definir. Pueda que esté ubicada demasiado hacia el sur en el mapa adjunto, pero existen varias referencias que sugieren la presencia de los Jicaques en el valle de Olancho. Por ejemplo, en 1600, el Presidente de la Audiencia de Guatemala, Alonso Criado de Castilla, reportó que 500 "xicoaques indios de guerra" habían sido ubicados junto a la villa de Olancho, localizada en un lugar identificado posteriormente como "un sitio que llaman el río de las piedras en el valle de Olancho"(78). Sin embargo, es posible que el Presidente utilizara el término "xicoaques" de manera genérica. A lo largo del siglo XVII, los Jicaques atacaron a menudo los poblados del valle de Olancho(79), aunque no está claro si ellos mismos habitaban allí. Obviamente, el valle de Olancho estaba habitado por un gran número de tribus pues, en 1674, se estableció allí un asentamiento misionero de 200 indios "de diferentes naciones e idiomas"(80). Parece ser, que en 1696 el valle de los Ríos Guayape y Guayambre estaba habitado por tres grupos indígenas principales: "Lencas, Parratas y Yaras"(81) . Los Parrastas eran probablemente Sumus y, como se ha notado que Payas y Yaras eran distintos, los Yaras no pueden haber sido Payas, sino que eran posiblemente Jicaques(82). El carácter mezclado de los pobladores de esta zona también fue registrado por el Ingeniero Navarro, quien notó que "dicho río [Tinto] baja de las montañas que habitan los indios chattos, payas y xicaques que están en la parte del sur confinando con la jurisdicción de Tegucigalpa y Comayagua"(83)

.

La frontera oriental de los Jicaques será definida por los Payas, que se discutirán a continuación. Su frontera sur estaba probablemente ubicada en la Río Sulaco, donde Stone ha identificado un sitio Jicaque, pero con influencia mexicana"'. En el siglo XIX, Brinton observó que los Jicaques "tenían su asiento en las aguas del Río Choloma"(84)

Los Payas

Lehmann y Greenberg consideran que la lengua paya deviene del Chibcha(85) , aunque algunos otros lingüistas la consideran como una lengua aislada (86) . Los Payas habitaban el área inmediatamente al este y al sur de los Jicaques. Según Martyr, el área al este de Punta Caxinas estaba habitada por los "Taia", que probablemente era una corrupción de Paia o Paya(87). Según Conzemius, los Payas habitaron antiguamente el área al este del Río Aguan, hacia el sur hasta el Patuca, y a lo largo de la costa, hasta el Cabo de Gracias a Dios, aunque durante el siglo XIX fueron expulsados de la zona por los Zambos-Mosquitos, de quienes se volvieron tributarios(88). Muchos topónimos de la zona ahora habitada por los Zambos-Mosquitos, son payas. Girard sugiere que había un centro religioso sobre el Río Plátano, donde petroglifos payas han sido encontrados(89)

.

En la documentación los Payas son a menudo confundidos con otros grupos indígenas y, frecuentemente, son llamados Xicaques. A finales del siglo XVII hubo expediciones misioneras entre los Payas que habitaban los valles de Agalta, Tinto y Wampú (Guampú)(90) Posteriormente, indios Butucos, que también eran Payas, fueron asentados en Telica, en el valle del Guayape, y luego trasladados a Maniani, cerca de Comayagua(138) . Los Payas también se encontraban en estas áreas orientales junto a otros grupos indígenas, principalmente, los Taguacas, Chatos, Sules, Yaras y Cumajas (Cumages)(91). Los Taguacas eran Sumus, y posiblemente los Chatos y Sules también lo eran aunque, como ya se ha indicado, Lehmann considera que pueden haber sido Lencas o Matagalpas. Conzemius sugiere que los Cumajas o Cumages eran un grupo independiente(". Stone ha identificado vestigios arqueológicos en los valles de Agalta, Patuca, Negro (Tinto) y Aguán como payas(92), pero su identificación está basada mayormente en evidencia documental de su presencia en estas zonas durante la época colonial. Aunque es muy probable que los payas fabricaran cerámica del estilo Aplicado Costa Norte encontrado en estos sitios, no puede demostrarse con certeza, dada la ausencia de materiales de contacto(93).

Lehmann y otros creen que las Islas de la Bahía también estuvieron ocupadas por los Payas (94) . Fundamentan esta propuesta en que, en 1622, indígenas de las Islas de la Bahía fueron utilizados como intérpretes por una expedición 'misionera entre los Payas de tierra firme. Además, Stone y Epstein sugieren que los artefactos encontrados en las Islas de la Bahía son similares a los encontrados en territorio Paya de tierra firme(95). Por otro lado, Conzemius identifica a los habitantes de las Islas de la Bahía como Jicaques, pero con base en evidencia no más contundente que su similitud a los JicaquAs de tierra firme(96). Parece ser que las islas estaban habitadas por los payas y por comerciantes mayas, cuya presencia allí ya ha sido señalada.

Al oeste de los Payas estaban los Jicaques, y al sudoeste los Lencas(97). Conzemius sostiene que los Payas habitaban solamente el noreste del departamento de Olancho, mientras que los Sumus habitaban el valle de Olancho; sin embargo, la documentación utilizada para demostrar la presencia de los Jicaques en esta última región, también registra la presencia de Payas (98) . Efectivamente, hay evidencia de que habitaran un área tán al sur, como la zona entre Catacamas y Petaste(99). Esto se apoya en el hecho de que el dialecto utilizado en Catacamas y Juticalpa corresponde al vocabulario Paya, publicado por Membreño en 1897 (100) . Actualmente el área Paya se centra en Dulce Nombre de Culmí y El Carbón(101).



Finalmente, Stone sostiene que los Payas se extendieron a lo largo, de la costa norte y dentro del Valle de Sula. Dice esto en base a evidencia arqueológica y al hecho de que en Choloma, cerca de Chamelecón, se cuenta una leyenda de un cacique Paya(102). Sugiere que un asentamiento de colonizadores o de comerciantes Payas pudo haber estado en el área.

Los Sumus

Los Sumus eran uno de los grupos indígenas más extensos de Centroamérica durante el período colonia. Se extendían hacia el sur desde el Río Patuca en Honduras, a través de la sierra central de Nicaragua, hasta el Río Rama. Hacia el oeste se extendían dentro del sur de Honduras, y en Nicaragua colindaban con los Matagalpas y con el Lago Nicaragua.

 Lehmann considera que la zona del Atlántico nicaragüense estaba habitada por cuatro grupos lingüísticos: Miskito, Ulúa, Sumo­Tauaxha y Matagalpa(103). Muchos han considerado a los Ulúa y Sumo-Tauaxha como una subdivisión de un mismo grupo. Tal es el caso que las lenguas habladas en el oriente de Nicaragua son a menudo llamadas Misumalpa -Miskito-S-umu-Matagalpa. Se considera que estas lenguas guardan parentesco con el Chibcha, aunque en el caso del Mosquito y el Matagalpa la naturaleza del parentesco no esté clara (104) . Los Mosquitos y algunas ramas de los Sumus, notablemente los Tawahka (Taguaca) y Ulúas, se extienden dentro de Honduras.



El término Sumu era utilizado por los Mosquitos para referirse a los grupos indígenas de las zonas montañosas del interior. Como será demostrado que los Mosquitos no emergieron como grupo lingüístico-cultural distinto sino hasta mediados del siglo XVII, no existen referencias documentales tempranas a los Sumus(105). Sin embargo, sí hay varias referencias a subgrupos Sumus, incluyendo los Tawahka y Ulúas, algunos de los cuales vivían en Honduras. A principios del siglo XVII, los Frailes Verdelete y Monteagudo encontraron "Lencas y Taguacas" en el valle de Olancho(106). Su ubicación en Honduras persistió hasta en el siglo XVIII pues, en 1761, los misioneros se ocupaban en convertir a"payas, sules, taguacas y cumajas" en el valle de Agaltal(107). Para entonces ya habían sido desplazados de la costa por los MOSqultos(108). Los Ulúas eran probablemente el subgrupo más extenso de los Sumus, extendiéndose hacia el oeste a Honduras y El Salvador. En el momento de la conquista española, solamente quedaban remanentes en estas últimas áreas; el resto, había sido desplazado por migraciones posteriores A finales del siglo XVI, Fray Alonso Ponce observó que había Ulúas viviendo en los pueblos de Ola, Colama, Santiago Lamaciuy y Zazacalí, en la jurisdicción de Choluteca(109)Chapman señala que el uso extenso del término Ulúa en el norte del área Chibcha, sugiere que tenía un significado genérico en Chibcha, en cuyo caso no puede ser tomado como evidencia definitiva de la presencia de indígenas Ulúas(110).



Los Sumus eran a menudo llamados 'Caribes'. Por ejemplo, en 1672, mientras Fray Espino catequizaba entre los indígenas del valle de Olancho, notó que "tierra adentro" había "unos caribes llamados Taguacas(111). Sin embargo, está claro que el término 'Caribe' no estaba restringido a los Sumus, sino que era aplicado a cualquier grupo indígena dentro del sudoriente de Honduras y el oriente de Nicaragua.

Los Mosquitos

No existen referencias a los Mosquitos en los inicios del período colonial, y pareciera que emergieron durante el siglo XVII. La referencia más temprana a los Mosquitos la hace el bucanero Exquemelin, quien, en 1672, observó que formaban una pequeña nación de 1,600 a 1,700 habitantes(112). 1681, Dampier, haciendo un estimado más conservador, observó que "No son más que una pequeña Nación o Familia, y no hay 100 Hombres de ellos en Número, habitando la Tierra Firme al norte, cerca del Cabo Gratia Dios; entre el Cabo Honduras y Nicaragua(113). En 1684, Raveneau de Lussan identificó dos grupos Mosquitos: uno en el Cabo de Gracias a Dios y el otro en Sandy Bay(". Se ha sugerido, y parece probable, que los Mosquitos sean un grupo puramente histórico que se originó en la mezcla de indígenas Sumus con negros que naufragaron en los Cayos Mosquitos en 1641(114). En 1711, el Obispo de Nicaragua describió así el origen de los "Zambos-Mosquitos":



"Año 1641 ser perdió un navío cargado de negros en la costa del mar del norte y en la parte desde la boca del río San Juan, Provincia de Nicaragua hasta la ciudad de Trujillo Provincia de Honduras.., recogióse la tercera parte de los negros y los demás se retiraron y guarecieron entre las malezas de aquellas montañas ocupadas de indios caribes que celosos y recelosos de quellos nuevos huéspedes les movieron guerra entre sí muy cruda vencieron con el tiempo tos negros a los caribes retirarnos estos montaña adentro hacia las tierras de Segovia y Chontales... quienes hoy en día tienen fiera enemistad con ellos.... Con las mujeres de los vencidos se fueron multiplicando los vencedores, y por que ya murieron aquellos primeros huéspedes se llaman hoy sus descendientes zambos

por ser hijos de negros y de indios"(115)

.

Existe alguna evidencia biológica que apoya el origen racial mixto propuesto para los Mosquitos. En un examen de los grupos sanguíneos de indígenas Sumus y Mosquitos de la zona del Río Segovia, Matson y Swanson encontraron que, mientras todos los Sumus pertenecían al grupo O, la distribución de grupos sanguíneos entre los Mosquitos era de 90% 0, 8% A, 0.67% A2 y 1.33% B(116) . La próxima asociación de los Sumus y Mosquitos puede verse en sus leyendas y lenguajes. Por ejemplo, una leyenda Sumu relata cómo los antepasados tribales, Mai-Sahana y Yapti-Misri, nacieron de una gran roca cerca del Río Patuca y luego dieron a luz los Mosquitos, Tawahka y Ohlawal169). Similarmente, la lengua mosquita es más parecida al dialecto Bawihka del Sumu. Sin embargo, sus mínimas variantes dialectales en comparación al Sumu, cuyos dialectos varían tanto que los distintos subgrupos encuentran dificultad para la comunicación,, sugieren un origen más reciente (117) . Además, tiene un mayor número de extranjerismos, especialmente del español y del inglés, y hay alguna muestra, aunque leve, de influencia africana.



De su origen localizado cerca del Cabo de Gracias a Dios, los Zambos-Mosquitos se dispersaron a lo largo de la costa, desplazando y dominando a otros grupos indígenas, especialmente a los Payas y Sumus. Tan temprano como en 1699, M.W. observó que del Cabo Camarón al Cabo de Gracias a Dios "los hombres Mosquitos habitan en las playas aledañas a las costas, o en las playas de algunos lagos y lagunas cercanas"(118). En 1711, el Obispo de Nicaragua verificó su ubicación al norte, indicando que se encontraban "en las lagunas llamadas de mosquitos en frente casi de Trujillo"(119). Mapas y documentos posteriores confirman que los Zambos-Mosquitos habitaban entre el Río Tinto en Honduras y Punta Gorda al sur de Nicaragua(120). Un relato registra que los Zambos-Mosquitos tenían 27 rancherías a lo largo de la costa entre el Río Leán en Honduras y el Río Matina en Costa Rica(121) . Aunque los Zambos-Mosquitos efectuaban redadas y contrabandeaban a lo largo de la costa norte de Honduras, es poco probable que se hayan asentado al oeste de Trujillo; el resto de la evidencia documental y cartográfica indica lo contrario.



Dentro de la zona delimitada por el Río Tinto y Punta Gorda, está claro que el área que ocupaban tierra adentro de la costa variaba en extensión, así como variaban su densidad y características raciales. En 1757, Hodgson sugirió que el promedio de su extensión tierra adentro era de 100 millas (160.9 kms.), pero que se habían establecido a 200 millas (321.8 kms.) río arriba por el Segovia (122) . En 1774, Long reportó que los Mosquitos eran "más numerosos cerca del Cabo de Gracias a Dios, especialmente río arriba por el Wanks, y alrededor de Sandy bay, donde reside su rey"(123). Igualmente, había diferencias espaciales en la composición racial de los Zambos­Moskitos, siendo más fuerte la influencia negra al norte del Cabo de Gracias a Dios y Sandy Bay, y la influencia indígena más dominante hacia el sur (124) . Esto probablemente refleja la. ubicación del naufragio y el hecho de que el área hacia el norte recibió una influencia más constante de esclavos negros importados para trabajar en las plantaciones inglesas. Por consiguiente, en 1773 se notó una concentración de "Samboes" entre el Río Tinto y el Cabo de Gracias a Dios(125). A pesar de estas variantes espaciales en el carácter racial de la población que habitaba la Costa de los Mosquitos, la mayoría de los documentos se refieren a los grupos mezclados de indios y negros colectivamente como Zambos-Mosquitos. Este último término será utilizado aquí en preferencia al término Miskito, utilizado actualmente por los científicos sociales, principalmente por ser el que se encuentra con más frecuencia en la documentación.


[1] AGI AG 52 Montejo 24/5/1543.
[2] Stone (1957:4)
[3] CDI 6:5-40 ref. a Palacios 8/5/1576
[4] Herrera y Tordesillas (1934-57: 12 dec. 6 lib. 3 cap. 19:279); Ponce, Fr. (1873:84-85, 385-93).